lunes, 6 de junio de 2011

VOLVER, UNA Y OTRA VEZ

Historias,
labradas en piedra,
a golpe de cincel y cruz.

Historias,
de personas
que se enamoraron
de posibles.
Con anillos y arras,
con guerras de por medio,
con hijos y padres,
con miseria,
con fuerza y decisión,
pues no quedaba otro remedio
y ésa era la misión.
Alegrías y pérdidas
de trances superados,
hijos perdidos,
heridas abiertas
con los bordes desgastados
de tanto tocarlas para recordar,
para regresar
a lo que fue
y no vendrá.

Historias,
de quienes se enamoraron
de imposibles.
De primos,
de casados y casadas,
de comprometidos
con otro o con su espíritu.
Amor que se vive
en lo anónimo,
amor en monólogo,
amor hecho de recuerdos
de probabilidades,
de posibles que no fueron.
Amores estériles
en los frutos,
y, sin embargo,
llenos de intensidad
y compromiso,
calados hasta los huesos
de devoción
y lealtad.
Corazones
que, en silencio,
fueron de otros,
en la verdad
del alma,
muy adentro
de uno mismo.
Amores reales
diamantes en bruto,
que la tierra guarda.

Amores
de los que se fueron
para volver,
una y otra vez.

CORTEZA

Me arrancas la corteza
cada vez que te vas.

Mis lágrimas
te persiguen,
espiando,
cada paso que das,
llenas de sal dormida.

Me dejo caer
llena de vacío,
de pesadez,
en un lecho
de flores secas,
sedientas de vida,
de hálito,
de voz.

Un opiáceo sueño
me embriaga...
me hundo,
más y más profundo,
en la niebla
de mis dolores,
de mis penas,
del desamor,
que, marcado a fuego,
en la salvia,
me dejaste.

CONÉCTATE Y CONTINÚA

Deseo que estés armonizado por completo con el flujo de la vida, a tu alrededor. Deseo que estés tan armonizado con el flujo que ni siquiera vaciles en cambiar la dirección y sigas ese sentimiento, mientras fluye profundamente, mientras estás conectado y ese fluir es auténtico.


Lo que necesitas hacer es entrenarte para reconocer las señales. Necesitas entrenarte estableciendo una conexión y experimentando. Aprende a conectarte y continúa.


El elemento más importante es una rutina que te ponga en contacto con tu Yo Superior y a través de tu Yo uperior con todo lo que es. Sí, todo lo que existe en el mundo entero. Puedes alcanzar ese estado de conexión, porque eres todo lo que existe. En lo más elevado y en lo más extenso, no existe diferencia entre tú y todo lo demás. Es una paradoja pero es verdad, que tú eres, de la misma forma, absolutamente único y completamente uno con todo lo demás. Esta es la verdad de tu vida, y a medida que aprendas esto, sientas esto, y luego lo utilices, tu vida florecerá por completo con alegría y entusiasmo.


Y la excitación proviene de sentir el flujo y del darse cuenta de las posibilidades infinitas contenidas dentro de cada momento. Y cuando sientas ese flujo y comiences a percibir el poder que contiene, comenzarás a darte cuenta de cómo es tener las fuerzas y energía del flujo yendo en la misma dirección que tú y entonces, no querrás vivir de otra manera.


Pero, tiene esto un sentido racional? No, por supuesto que no. Porque tu mente racional no comprende el hallazgo casual. Tu mente racional busca la causa y el efecto y el control. Si yo hago esto, entonces esto sucederá. Esta es la forma en que tú vives tu vida, pero es verdad?


Existen ciertas formas en las que es verdad, por supuesto. Si comes menos y te ejercitas más, entonces probablemente vas a perder peso. Si gastas menos, probablemente podrás ahorrar más. Pero luego, existe ese momento cuando deseas seguir a tu intuición, cuando das lugar a esa necesidad urgente, y en ese momento encuentras a alguien que tiene la habilidad de cambiar por completo tu vida, lo suficiente, así que la cantidad de dinero que has ahorrado, mes tras mes, se convierte en irrelevante.


Di sí. Di sí a la invitación. Di sí a la idea. Di sí a esa necesidad que sientes. Di sí al susurro de los guías mientras ellos te señalan el camino. Y si alguna de las vías que así persigues no pareciera dar resultados de inmediato, esto está bien. En primer lugar, has tenido la experiencia de seguir un instinto, y es a través de seguirlos que tú aprendes. Y en segundo lugar, el Universo no funciona en su causa racional y en forma de efecto. El mundo de necesidades e instintos, intuición y hallazgos casuales afortunados puede llevarte hacia hechos aparentemente desconectados y respuestas que finalmente darán resultados, mientras eres repentinamente arrastrado hacia una circunstancia que atrae las muchas diferentes habilidades juntas que has aprendido, experiencias que has tenido y gente que has encontrado.


Y a través de todo esto, la creencia es tu amiga y la duda, la enemiga. La duda no te ayuda de ninguna forma. La fe en ti mismo y en la ayuda que está ahí para ti continuamente te elevará a nuevos lugares del Ser. La duda te arrastrará a repetir el pasado o a vivir la vida desde afuera, la que otros habían proyectado para ti, pero no la que tú estás intentando para ti mismo.


Ten la experiencia. Vive tu vida. Atrévete a independizarte de lo seguro y racional. Si abres tu mundo, verás que es enteramente posible vivir una vida con una base sólida y estable que colme tus obligaciones básicas para ti mismo y tus seres amados y no obstante, contiene mucha aventura. Simplemente ábrete a ello e inténtalo y se desplegará ante ti.


Entonces cuando la puerta se abra, toma una profunda respiración, llénate con valentía y haz tu aparición.

OBSERVO AL PENSADOR

Empiezo a observar al pensador, se activa un nivel de conciencia superior.


En la actualidad veo y juzgo el presente con los ojos del pasado, por lo que mi punto de vista actual está totalmente distorsionado.


Puedo liberarme de mi mente. Para ello, escucho la voz que habla dentro de mi cabeza. Presto atención a patrones de pensamiento repetitivos, observo al pensador, me mantengo ahí como presencia que atestigua. Escucho esa voz de forma imparcial. No juzgo ni condeno lo que oigo.


Soy testigo observador de mis pensamientos.


En el estado de conexión interna con mi Yo Interior y con el TODO, estoy más alerta, más despierto, más consciente de todo lo que ocurre dentro y fuera. Mi frecuencia vibratoria se eleva.


Pongo mi atención en el ahora. Soy plenamente consciente del momento presente.


Aplico toda mi atención a cada actividad cotidiana que realizo.


Puedo confiar en mi mente como algo que perdura, que puede llevarme a la paz genuina y a la liberación del sufrimiento. Para ello, he de descubrir la verdadera naturaleza de la mente y trabajarla de forma hábil y compasiva. Con el adiestrameinto mental, alejo la mente de la confusión, la obsesión por mi mismo y el sufrimiento y la llevo hacia la paz interior, la percepción de mi verdadera naturaleza y a desarrollar una habilidad compasiva para poder beneficiar a los demás.

domingo, 5 de junio de 2011

ACERCÁNDOSE AL ENFERMO

Hay varios modos de interaccionar con las personas enfermas, sea la enfermedad que sea, haya o no haya un final próximo.


Sólo el mero hecho de sentirse enfermo o enferma, dentro de un proceso de pérdida del estado de salud, hace que todas las personas que pasan por esta etapa, (todos lo hacemos algunas veces a lo largo de la vida), se sientan en procesos muy parecidos, con características similares.


Qué podemos hacer? Cómo dirigirnos a ellos, hablar con ellos? Y qué es mejor evitar?


Escuchar es una de las mejores actitudes / aptitudes a trabajar y expresar cuando nos relacionamos-visitamos a la persona enferma. Normalmente nos pre-ocupamos, incluso antes de la visita, por lo que vamos a contarle, en un intento por entretenerle y que deje de pensar y hablar de lo suyo (que al fin y al cabo es su proceso, su momento, lo que esta viviendo y lo que más le importa ahora a la persona enferma). Esto nos pasa porque nos da miedo que nos diga algo para lo que no tenemos respuesta. Y no tenemos por qué tenerla. Simplemente escuchar lo que nos quiera contar, sea del ahora o del pasado o del futuro, le va a hacer bien. Se va a poder desahogar.

Acompañar. Hay momentos en los que no hace falta ni hablar. La persona sabe que estamos ahí, con ella y eso es suficiente. Le da tranquilidad y se siente apoyada. Se puede hablar de muchas maneras..... A veces, sólo con cogerle la mano o acariciarle suavemente la frente, se sentirá reconfortado y sus niveles de ansiedad tenderán a descender, lo que repercute positivamente en su estado de salud general (dolor, sueño...).

Entender – empatizar. Significa no solo comprender intelectualmente lo que nos transmite la persona que está enferma, sino que además nos intentamos poner en su lugar para comprender o sentir más profundamente lo que supone esto que esta viviendo. La situación por la que está pasando, no solo la enfermedad en si, sino tambien lo que ésta supone. Cambio del funcionamiento familiar, de horarios, etc. Sólo al sentir cómo puede sentirse él o ella, podremos comprender por qué reacciona como lo hace (Cómo reaccionaría yo en su lugar?). En vez de criticar, comprenderemos su actitud y seremos más efectivos a la hora de ayudar.

Proporcionar esperanza. No quiere decir mentirle. Esto depende también del grado de información que el enfermo tenga de su proceso y en esto cada caso es muy particular, pues depende de la situación mental-emocional de la persona enferma, de la familia y del personal facultativo a la hora de dar noticias.

Compartir los momentos buenos y los momentos malos. Los descansos y las rachas de malestar. Ahí estamos, no podemos compartir 100% el dolor, pero sí podemos ayudar para aliviarlo. Somos herramientas muy versátiles y siempre podremos hacer algo, lo que pasa es que nos infravaloramos. Cuántas veces he visto a un acompañante hojear una revista mientras el enfermo padecía de dolor....mientras ese dolor se pasa, hasta que la medicacion hace efecto o toca la siguiente toma, podemos ayudarle dándole un sencillo masaje en los pies o en las manos, el rostro...o acariciándole...leyéndole...cantándole en voz bajita o rezando junto a él o ella...darle a su mente otras cosas en las que centrarse para ayudarle a desenfocar la atencion incisiva en el estimulo doloroso. Claro está que no desaparecerá el dolor, que nos indica que a nivel fisico hay un desequilibrio, pero , al menos, proporcionamos algo de alivio a su mente, agotada de tanto padecer.

Contener su angustia. "Sujetarle" cuando se desmorona. Ser nosotros un mástil firme al que agarrarse cuando hay "marejada" emocional. Abrazarle mientras llora. Pero, también, traerle a la realidad de la situación cuando en su interior crea posibles futuros sombríos provocados por el miedo a padecer más y a morir. Traerlo al presente, al momento actual de su situación tal como está. Aquí y ahora.

Permitir expresión emociones: silencios, llanto. Evitar por todos los medios decirle: "no llores" , "no pasa nada" (si pasa, le pasa a él/ella). No ponernos nerviosos si no quiere hablar. Estar ahí es lo que necesita y ya lo estamos haciendo. Simplemente seguimos su ritmo.

Atender necesidades de la familia. Interesarnos por cómo lo están pasando. Si hay algo en lo que podamos ayudar. Vamos a ser un apoyo, un sostén, un elemento en el que confiar. Acompañar y preguntar necesidades ya es una gran ayuda.