miércoles, 2 de noviembre de 2011

LA MENTE

Quien medita con constancia alcanza la felicidad.

Cuando el hombre sabio supera la dispersión y cultiva la atención, desaparecen sus dudas. LLega al estado de sabiduría y observa a la gente que sufre.

Si se mantiene atento entre los dispersos y plenamente despierto entre los dormidos, el hombre sabio avanza.

La mente es voluble e inestable, difícil de gobernar.

La mente se agita como un pez cuando lo sacas del agua y cae sobre la arena.

La mente es difícil de dominar y tiende a ir allí donde le place.

Una mente adiestrada lleva a la felicidad.

La mente es extremadamente sutil y vuela tras sus fantasías.

El hombre sabio la puede adiestrar.

Este cuerpo es tan frágil como una tinaja de barro, por ello haré que mi mente se vuelva fuerte.

Tarde o temprano mi cuerpo sin conciencia yacerá sobre la tierra como un leño caído.

Una mente mal dirigida puede hacerse y hacer mucho daño.

No considero los fallos de los demás o lo que los otros hacen o dejan de hacer, sólo considero mis propias acciones u omisiones.

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