lunes, 16 de mayo de 2011

Situación de la familia del enfermo, 2.

Dadas las circunstancias, esos sentimientos son completamente naturales y normales y la mejor forma de afrontarlos es hablar de ellos. La única solución es hablar.


Una vez que has tomado la decisión de hablar se presenta el siguiente problema: ¿con quién hacerlo?


El problema público consiste en que “a nadie le interesan los crónicos”. Día tras día, te sientes fatal y la situación permanece inmutable y descubres que quien no se ha enfrentado realmente con ese problema en su vida cotidiana empieza a aburrirse de que no les hables de otra cosa. Entonces todo el mundo empieza a esquivarte sutilmente porque el fantasma del cáncer siempre flota en el horizonte y la gente se cansa de oír hablar del mismo problema de siempre.


La persona de apoyo empieza a sentirse completamente sola y aislada. Llegados a este punto: o se larga, o se viene a bajo, o empieza a abusar del alcohol o las drogas o bien solicita ayuda profesional.


Por debajo de todos esos oscuros sentimientos hay un gran amor. Ese amor no puede aflorar realmente mientras la ira, el resentimiento y la amargura le obstruyan el camino.


Te das cuenta de que siempre hay cosas de las que simplemente no deberías hablar con el ser querido y de las que él no debería hablar contigo.


La sinceridad es importante y útil, pero sin pasarse. No es bueno que descargue continuamente sobre el ser querido.


La principal tarea de una persona de apoyo consiste en ser una especie de esponja emocional. Todas las tareas son completamente secundarias con respecto a la función primordial de ser una esponja emocional y tu tarea precisamente consiste en sostenerle y absorber todas las emociones que puedas. Y para ello no es necesario hablar ni decir nada, no tienes que dar ningún consejo, ni hacer nada especial. Sólo tienes que permanecer ahí y respirar su dolor, su miedo o su sufrimiento, es decir, comportarte como una esponja.


..., lo único que necesitaba era que yo llorara con ella.


Cuando un ser querido se enfrenta con malas noticias, la primera respuesta que suele surgir es la de tratar que se sienta mejor. Pero, es una respuesta equivocada. El primer paso consiste en conectar con la persona, estar sencillamente junto a ella, dejar que aflore lo que aflore y no intentar librarnos de los sentimientos dolorosos.


Tiendes a sentirte impotente e inútil porque no estás haciendo nada, sólo estás ahí, sin hacer nada especial ( o por lo menos eso es lo que parece).


Ya no tengo que estar de acuerdo con todas sus decisiones, especialmente cuando considero que son equivocadas.


Las personas de apoyo son personas que se desgastan en silencio porque “como no están enfermas”, nadie cree que tengan verdaderos problemas.


La persona de apoyo tiene que estar decidiendo de continuo. Y para mí fue realmente duro, como persona de apoyo, superar la tristeza, vivir con la incertidumbre y aceptar las decisiones de las personas a las que estaba apoyando. ¿Qué debería hacer y cómo debería apoyarla? ¿Debo ser sincera y expresar todo lo que siento?. Ser una persona de apoyo es como estar continuamente en una especie de montaña rusa emocional.

GRACIA Y CORAJE. KEN WILBER. Alfin libros

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